El papa Francisco expresó su preocupación por la situación entre la Iglesia y el Gobierno de Nicaragua, por lo que pidió “un diálogo abierto y sincero” para que “se puedan encontrar las bases para una convivencia “respetuosa”.
Al final del rezo del ángelus en la Plaza de San Pedro el papa Francisco hizo referencia al arresto este viernes del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, por parte de agentes policiales.
“Sigo con cercanía con preocupación y dolor la situación que se ha creado en Nicaragua que afecta a personas e instituciones, quisiera expresar mi convicción y mi deseo de que por medio de un diálogo abierto y sincero se pueden encontrar la bases para una convivencia respetuosa y pacífica”, mencionó la máxima autoridad eclesiástica.
El pontífice también pidió al Señor que “por la intercesión que la Purísima (Virgen de Nicaragua) inspire en los corazones de todas las partes tal concreta voluntad”.
El obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, fue arrestado dentro del palacio episcopal provincial, junto con cinco sacerdotes, dos seminaristas, y un camarógrafo, después de que haber estado 15 días confinados.
Francisco Díaz, consuegro del presidente Daniel Ortega, confirmó que durante un operativo en la sede episcopal de Matagalpa sacaron contra su voluntad a Álvarez y a sus colaboradores, y luego los trasladaron a Managua.
La captura de Álvarez, precedido por el arresto de otros tres sacerdotes, es el capítulo más reciente de las malas relaciones que mantiene la Iglesia católica nicaragüense y los sandinistas encabezados por el presidente de aquel país.
Es el mismo mandatario quién ha calificado de “terroristas” a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional que buscaba una salida pacífica a la crisis que vive Nicaragua desde abril de 2018.
